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Haulotte Higher Headquarters
Oficinas abiertas, edificios ecorresponsables, un centro de negocios y un centro de formación… La nueva sede social de Haulotte, bautizada con el nombre H3, es el vivo reflejo del grupo. Abierta e innovadora.

A principios de septiembre, una gran parte de los equipos de las plantas de L’Horme y Lorette se instaló en la nueva sede social, H3, tras 17 meses de obra. Diseñada por el estudio Eutopia, son tres edificios de tres niveles, repartidos en más de 5000 m², que se han implantado en un espacio verde de 31 000 m².

«Una calidad de vida en el trabajo optimizada»
«Este nuevo complejo ha sido diseñado para ofrecer a nuestros colaboradores una calidad de vida en el trabajo optimizada, dando prioridad a los espacios de encuentro y de intercambio», explica Stéphane Hubert, CSO del Grupo. Los tres edificios tienen cada uno el nombre de una zona comercial del Grupo: Europe-Afrique, Amériques y Asie-Pacifique. Estos edificios ofrecen una alternancia de espacios colaborativos formales e informales: despachos de diferentes tamaños, salas de reuniones multimedia, espacios de relajación, gran restaurante, bonita terraza llena de plantas, etc.

Centro de negocios y centro de formación
H3 va todavía más lejos con un centro de negocios para recibir a los colaboradores internacionales y a los clientes del Grupo para organizar las reuniones-eventos. Aquí también es donde la Haulotte Academy ha abierto su centro de formación profesional. Finalmente, «hemos desarrollado una superficie cubierta de 3000 m² dedicada a la innovación y a los prototipos», añade Patrice Métairie, COO Industry. Este espacio incluye un centro de prueba y de validación. «Nos permitirá, con un e-lab colaborativo y pronto un fablab, desarrollar los equipos y servicios del mañana», prosigue. También incorpora un showroom de demostración para los clientes y los equipos Haulotte.

 

Un proyecto colaborativo

Esta nueva sede responde a la evolución del grupo y a su voluntad por desarrollar el trabajo colaborativo. Para ello, «hemos reunido físicamente a los equipos», añade Stéphane Hubert. Concretamente, todas las actividades conviven en espacios compartidos. Esta colaboración también ha podido expresarse desde el diseño del edificio. «Se trata de un proyecto que hemos realizado de la A a la Z en concertación con todos. Desde la elección de la implantación geográfica, en un lugar adecuado para todos, hasta la elección de la distribución interior y exterior», precisa Patrice Métairie. Cada empleado ha podido proponer sus ideas libremente a través de una primera consulta colectiva. Después, hemos elegido 60 temas de reflexión específicos, que se han debatido con 11 comisiones de una decena de colaboradores cada una. Estas comisiones han permitido reflexionar juntos sobre temas muy variados como la recepción del cliente, la restauración, la confidencialidad, la conectividad o el acondicionamiento de los espacios verdes y el respeto del medio ambiente. 

 

H3, ¿por qué ese nombre?

Se trataba al principio de la designación del proyecto, que no era en absoluto oficial, pero el nombre ha permanecido. Se ha impuesto por sí solo porque daba sentido a más de una designación. Está la «H» de Haulotte, evidentemente. Después, el término «Higher» con un doble sentido, en referencia directa a nuestra actividad de diseñador de materiales de elevación en primer lugar, pero que también recuerda nuestros valores de rendimiento y de exigencia tanto en términos de innovación como de calidad de los servicios a los clientes. Finalmente, ¡¡Headquarters, que no requiere ninguna explicación!!

Los «Proto»: ¡una mudanza llena de sensaciones!

Nicolas Deaux nos cuenta

 

Todos los viernes antes del mes de la mudanza, hemos ido clasificando lo que debía irse a H3 y lo que se debía tirar. En total, ¡5 volquetes de 60 m3 acabaron en el vertedero!
Habíamos planificado entre 5 y 8 días para realizar toda la mudanza, pero al final todo se trasladó en 4 días gracias a un superequipo compuesto por una treintena de personas hipermotivadas. En total, se necesitaron 64 camiones para trasladar las 27 máquinas, los equipamientos de los 2000 m² de instalaciones y los 6000 m² en el exterior.

 

¡Pero ahí no acabó la operación! También trasladamos la rampa inclinable, de noche y con un convoy excepcional (28 toneladas, 7 m de largo y 7 m de alto). No nos salvamos de nada aquella noche, la autopista estaba cortada por lo que el flujo del tráfico se desvió a nuestra carretera. El paso debajo del puente del tren fue otro estrés: solo había 30 cm de margen en los laterales y por encima de la carga. ¡Un auténtico desafío que conseguimos superar y del que nos acordaremos todos!

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