Gracias a una organización ad hoc, cada uno en su medida, en cada uno de los perímetros de la organización, hemos sabido mantener una actividad adaptada para ocuparnos de nuestros clientes.
Analicemos todos los aspectos del grupo y veamos cómo cada zona ha atravesado esta crisis internacional que nos ha enfrentado a todos a numerosas problemáticas: la entrega de los pedidos de nuestros clientes, el teletrabajo y el espíritu de equipo, el regreso progresivo de los equipos al trabajo, la gestión administrativa debida a los confinamientos…
La actividad del sector de las piezas de recambio ha seguido activa a lo largo de todo este periodo excepcional gracias a la anticipación de las necesidades que la situación sanitaria iba a imponernos.
Franck Lhermet y Bertrand Demard se encargan del control operativo de la sede de Lorette. Para ellos y para sus compañeros, el trabajo nunca se ha suspendido. Nos cuentan que, al principio del periodo de confinamiento, los equipos mostraron un verdadero compromiso y una motivación diaria para efectuar sus actividades de preparación de pedidos, recepción y envío de las piezas. «Anticipamos la compra de mascarillas, de geles hidroalcohólicos y de toallitas desinfectantes y ya existía un protocolo de seguridad». «Aun así, la enfermedad afectó a un compañero de equipo, por lo que se implementó una organización totalmente específica (desinfección de los espacios de trabajo…), reforzada respecto al protocolo anterior, para permitir la continuidad de la actividad y garantizar la seguridad de los empleados que asistieron en grupos reducidos y de forma voluntaria. Se organizó un equipo de seis personas para efectuar este trabajo con total tranquilidad.
Estos últimos meses de actividad se han desarrollado en diversas fases: al principio, se bloqueó la recepción para limitar el acceso de personas externas al centro. La reapertura de los envíos se llevó a cabo con un pequeño equipo y rotaciones de los empleados. Poco a poco, el resto del equipo se incorporó a su trabajo con total confianza. Algunos decían que les sentaba bien salir de casa y disfrutar del ambiente laboral». .
«Hoy funcionamos de forma diferente y utilizamos un material etiquetado con las iniciales de cada uno, mascarillas que se cambian cada 4 horas, toallitas en todas las máquinas, impresoras, ordenadores y lectores de códigos de barras. Es un poco más complicado, pero es útil, así que todos participan.
En poco tiempo, se ha instaurado una nueva rutina por el bien de todos». .
Los equipos han apreciado especialmente el apoyo de la dirección, que ha compartido la información mediante llamadas telefónicas diarias y ha acudido al centro para proponer, sin imponer, ideas organizativas, decisivas para poder continuar desarrollando nuestra actividad con éxito.
Claire Emery (responsable de la sede de Lorette) resume este periodo como una prueba que ha vuelto a demostrar el nivel de compromiso de sus equipos: «un trabajo conjunto por parte de todos (colaboradores y dirección), un equipo de voluntarios formado en menos de cinco minutos, trabajadores temporales que han colaborado sin dudarlo y de forma improvisada… en definitiva, un buen espíritu de equipo para garantizar un trabajo seguro y distendido».
Todos nos hemos visto afectados personal y profesionalmente por esta crisis inédita provocada por la pandemia de la Covid-19. La importante colaboración del comité ejecutivo, el comité industrial y los equipos de recursos humanos se ha concretizado mediante una reunión diaria a distancia destinada a compartir los problemas y aportar las respuestas adecuadas.
Dos son los objetivos que han fundamentado cada una de nuestras decisiones:
En Francia, se aprueban regularmente un gran número de textos jurídicos, fiscales y sociales. Para los profesionales de RR. HH., esto supone una gran capacidad de reacción y una adaptación permanente.
En Europa, las situaciones son distintas, ya que las legislaciones son diferentes. El trabajo colaborativo con los directores de las filiales ha sido fundamental para poner en marcha las organizaciones mejor adaptadas localmente.
En primer lugar, garantizar la seguridad y la información de los equipos y supervisar su bienestar físico y psicológico.
El periodo de teletrabajo requería mantener el compromiso y la motivación de los colaboradores, especialmente durante las situaciones complicadas provocadas por el cuidado de los hijos, por ejemplo.
Hemos podido adaptar nuestras respuestas gracias a una escucha activa: por ejemplo, la modulación de las horas laborales para mejorar la coexistencia entre las tareas profesionales y familiares, reuniones diarias a distancia para mantener la relación con todo el mundo, una encuesta sobre el bienestar de los equipos y sobre cómo la Covid-19 les afectaba psicológicamente…
«¡Las actividades de Team Building a distancia son viables! y lo hemos demostrado con la herramienta Teams. Hemos podido tejer vínculos informales, propicios para la comunicación y el apoyo».
La fase de regreso al trabajo se ha caracterizado por el establecimiento de las medidas de distanciamiento social y el suministro de mascarillas y del equipo sanitario. «Ahora, trabajamos según esta nueva organización en un ambiente animado, motivado por esta experiencia común», finaliza Mary.
Amber Raisbeck (RR. HH. Haulotte Australia) explica que en Australia también ha sido necesaria la proactividad.
«Mi misión consistía en tranquilizar e instaurar un clima de calma en este periodo tan especial. La flexibilidad de nuestra dirección para gestionar los casos particulares ha sido un factor facilitador. Esta crisis habrá demostrado que el trabajo a domicilio puede beneficiar a todos».
Chris Delcastillo (HR Administrator de la zona América) manifiesta la capacidad de adaptación de la filial americana. Situaciones nuevas y problemáticas han obligado a los equipos a reorganizarse.
El uso de las herramientas de trabajo a distancia ha sido una de las claves de esta adaptación. Los colaboradores han podido seguir trabajando y respondiendo a las necesidades de los clientes.
Esta nueva forma de comunicación también ha favorecido los intercambios informales, que han permitido mantener un espíritu de equipo positivo.
Como la mayor parte de los equipos de la zona América estaba confinada, la comunicación mediante Teams o por teléfono se han convertido en «la norma».
Por ello, la contribución de todos nosotros ha sido esencial para el buen desarrollo de las operaciones diarias.
Nuestro objetivo era seguir apoyando a nuestros clientes para que a su vez pudieran mantener su propia actividad, especialmente porque nuestras máquinas iban a participar potencialmente en la construcción de la infraestructura necesaria para la lucha contra este virus.
«Visto con perspectiva, creo que esta experiencia, a pesar de lo complicada que ha resultado, nos ha reforzado como grupo. Nos conocemos mejor, entendemos mejor los desafíos de cada uno y hemos sabido encontrar juntos las soluciones adaptadas para garantizar la continuidad de la actividad de la empresa».
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